miércoles, 11 de julio de 2012

290 – Santiago Lorenzo


[Santiago] Lorenzo hace poesía con lo que otros tiramos. Jordi Costa. "Cultura|s. La Vanguardia."

Hoy desde las ventanas del trabajo se oía la manifestación de los mineros. Los mineros deben ser de los manifestantes más ruidosos, van cargados de petardos y allá donde van, van acompañados de explosiones.

Leo en La vanguardia la entrevista con un economista americano. Un especialista en recesiones, que nos recomienda "Reduzcan las cotizaciones de la Seguridad Social y suban el IVA". A la vez desaparece la paga de navidad de los funcionarios...

Recuerdo a la candidata a la presidencia del Principado de Asturias por el PP, cuando le preguntaban que haría con los fondos mineros decía que "políticas imaginativas e innovadoras". Le repitieron la pregunta y repitió "soy partidaria de políticas innovadoras e imaginativas". Innovador e imaginativo es lo del IVA y la Seguridad Social. Y como dice el americano, que con eso hasta la construcción se reactivaría... como somos la California o la Florida de Europa.

Y supongo que estamos condenados a eso, a la cutre economía del ladrillo y del asfalto, del tío gordo del puro y la medalla, con las lanas de la nuca. Que siempre seremos la Florida de otro, y que la Florida es cada vez más fea.

Y todo esto por los mineros. Gente que hace cosas que dan mucho miedito, como meterse en una cueva casi a oscuras a hacer agujeros en las paredes...

Y hoy tenía previsto hablar de cosas alegres... ya saben ustedes, Ernesto Rodera es la persona más graciosa de este país (y de otros). Y de la cosa de la que más me he reído últimamente es de su comentario a una portada de "Roberto Alcázar y Pedrín", véase (el pie del dibujo es lo que añade rodera):


Como ya no dibujo nada me aprovecho de Eduardo Vañó y sus criaturas. Acertadísima metáfora adelantada a su tiempo sobre la crisis y sus soluciones. ¿Que nos atacan unos homicidas robots gigantes? Pues a Roberto Alcázar y a Pedrín les importa un cojón. Le atizan al currante. Por si es delegado sindical o algo

Lo acabo de volver a leer y me vuelve a hacer gracia.

También estoy pensando en imprimir y enmarcar esta viñeta.




Y además de Santiago Lorenzo.

Santiago Lorenzo hizo una película llamada "Mamá es boba" y ya sólo por eso Santiago Lorenzo es grande.
Una peli que va sobe el Bulling en el cole, como recuerda la wiki, pero sobre todo sobre la vergüenza ajena. Y de la peor, la que siente un crío por sus padres. Una película graciosa, pero muy cruel. Ra y yo fuimos a verla al cine, a la última sesión. y allí estaba Santiago Lorenzo, que regalaba un mechero a los que iban a ver su película. Yo no se lo quería coger, porque yo ya estaba convencido de que iba a ver esa película, y por eso a mí me regaló dos.

Y tengo esos mecheros guardados, aunque sólo sean unos mecheros. Aunque no sea fetichista me deja agarrarme a algo que me gusta.

Lorenzo nos deseó que nos gustara la película. Dos semanas más tarde, en el metro me encontré a Eduardo Acuña, el padre en la película, y hablé con él para que le dijera a Santiago que sí que nos había gustado, y espero que se lo haya dicho. Y la película es de 1997, y desde entonces sólo hizo una película más. Y luego se ha hecho novelista.

El primer libro que sacó va de un tipo del Grapo que le toca la lotería y no puede cobrarla porque no tiene ni DNI. "Los millones" y es la primera novela que editó Mondo Brutto, mi revista favorita y la de Carlos (cuando uno dice estas cosas se expone que el tal Carlos diga "no, prefiero esta otra revista").

Y acaba de sacar otro libro en Blackie Books, "los hermanitos". En la faja que acompaña al libro se lee "los hermanos Somoza odian el teatro. Se meten a hacer teatro". Ya lo he dicho, lo publica Blackie, luego tiene que molar.

Y de ahí la cita que encabeza esto, Lorenzo hace poesía con lo que muchos tiramos". Y me encantaría que la frase se tomara de forma ambigua en "tiramos". Se que se refiere a las cosas de las que los demás nos deshacemos sin dudar, pero no me importaría que dijera que Lorenzo convierte en poesía las cosas con las que los otros vamos tirando.

Y volvemos a lo triste. Una amiga está mala, otra me dice que está bien por rachas. Y entonces la melancolía me caza. Y siento que hoy aquí estoy un poco sólo y que no se trata más que de un duelo muy elaborado, una separación que se alarga y se alarga. Y me doy cuenta de que es la hora de irse a casa, porque nada de lo que hay aquí es mío y nada me retiene.

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