domingo, 29 de julio de 2012

291 – Guillotina


Pues malditas sean las ganas que tengo de escribir nada, pero ya saben, es terapéutico y además, en este caso hago un favor. Y es que la gente pide cosas muy raras.

Y no quería escribir mucho porque como algunos de ustedes saben, para mi son tiempos complicados, y si somos sinceros muy malos. Y precisamente no quería que aquellos que no lo sabían acabaran enterados, y menos por aquí. Ahora, que ya es sabido por todos se puede escribir con un poco más de descontrol. Pero apetecerme no me apetece.

Los temas de hoy: una novela y una queja.

Empecemos por la queja: Hará dos semanas entré en un ultramarinos. Ya de esos quedan pocos, con estanterías hasta el techo, con bacalao, con galletas de coco y con latas en pirámide. A mi no me gusta comer, pero en esas tiendas me gusta casi todo.

(He de reconocer que hablar de los ultramarinos no es lo mío, este párrafo me ha quedado espantoso).

Pues bien, me dice el tendero, que tenemos que recordarle a esta gente, que podemos poner una guillotina en la plaza mayor. Pero sólo recordárselo, para que se acojonen, para que hagan las cosas bien o dejen sus cargos. Que lo escribamos aquellos que tengamos eso de Internet.

Hecho está. Lo siento por ustedes, hace poco mandé otro mensaje que hablaba de política, en respuesta hubo silencio y hubo queja, que se le va a hacer.

Una novela: “El público” de Bruno Galindo. Cuenta como un periódico, el periódico, saca un suplemento sobre el consumo y el lujo. Es raro, “El país” sacó hace poco un suplemento que le va por ahí, “S Moda”, los sábados. Y empieza con un estudio de mercado, y analiza a los lectores de este periódico y reconozco en este estudio a muchos de nosotros, no todos buenos, algunos muy gilipollas. Y es un suplemento gilipollas,

Y esto me recuerda al principio de “El club de la lucha”, cuando nos cuenta como hemos cambiado el Playboy por el catálogo de IKEA. Y supongo que la libido, en estos tiempos, casa mejor con una colección de muebles que con una de lencería.

Y de alguna forma ambas cosas están relacionadas, relacionadas con una falta de ética que nos hace mirar suplementos sobre el lujo del mismo periódico que nos anuncia que el 25% es la cifra del paro.

Lost+found
  • Tengo que explorar todavía que tiene que ver todo esto (si es que tiene algo que ver con “Pornotopía”, el ensayo de Beatriz Preciado.
  • Tengo también pendiente, porque lo prometí, algo sobre el Plan B ¿Qué es un plan B?: ¿Tiene usted preparado otro trabajo, otro oficio, otra pareja para el momento en que desaparezcan todos: su trabajo, su pareja, su moto, su idea de cómo son las cosas? Pues ya tarda. Yo no lo tengo preparado, y es horrible. Sé que cosas son buenos planes B, pero no están a mi alcance. Prometí hablar de esto, quizá se quede en este párrafo.

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